De pronto, todo se colmo de falsas ilusiones y muchas decepciones. No lograba sentir lo mismo y era una completa pesadilla, tanto que decidí alejarme y fue allí cuando comenzó lo peor.
En esa red ambulante, se colgaba un chico amigable con gustos peculiares y disgustos hacia su persona. Yo solo intente ayudarlo y consolar su diminuto orgullo pero el no logro entender el objetivo. Atrapado en sus sentimientos hacia mi, no dejaba de acosarme a un nivel extremadamente ridículo el cual creo que a nadie le gustaría sentir. Nunca quise sentirme egocéntrico o importante ya que nunca lo he sido, pero fue una maldita incomodidad tener que repetir cada palabra una y otra vez; donde le explicaba que no existía un lugar reservado para él en mi tren de sentimientos y a mi parecer nadie en la actualidad posee dichoso puesto. Tal vez fue su pequeña cabeza de nuez la que no lograba comprender mi idea y solo seguía insistiendo de tal manera que solo decidí irme. Joder, no pudo obligarme a sentir cosas por el y realmente fallo en el intento. Pobre chico, debía valorarse al menos un poco y dejarme ir como la mierda que fui. Tu más que nadie conoces mis actitudes, y eso fue lo que me obligo a cerra la faceta de buen hombre frente a todos, ya que ahora no puedes ofrecer tu mano porque te toman el brazo completo.
Con cariño, JAY.
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