No dejaba de pasar las manos por mi cabeza, acariciaba mi cabello sin detenerme creyendo que eso me ayudaría a comprender todo lo sucedido. Sabia que nada estaba bien y que mis actitudes tal vez no fueron las correctas pero sabia que ya todo eso no serviría de nada. Ya era demasiado tarde. No lograba explicar lo que sucedía dentro de mi y realmente valoraba a esa persona que entienda mi extraño ser. Pero era una jodida molestia tener que aprender de mi gran cualidad que es alejar a todos, es como un puto don. Y se que en algún momento toda esta maldición acabara, porque un nuestra ley de vida la peor batalla esta entre lo que sabes y lo que piensas.
Con cariño, JAY.
No hay comentarios
Publicar un comentario